PETER EAVIS

La economía todavía no beneficia a muchos ciudadanos de Estados Unidos.

El informe sobre el empleo divulgado el pasado 6 de julio mostró que Estados Unidos agregó una cifra impresionante de 213.000 trabajos en junio. La recuperación ha reducido el desempleo a niveles históricos.

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Sin embargo, el informe apuntó a una situación crucial en la que la economía aún no funciona a su máximo nivel: la gran demanda de empleo no ha provocado que los empleadores aumenten de forma sustancial los sueldos que pagan a sus trabajadores.

En junio, las ganancias por hora crecieron 2,7 por ciento en comparación con el año anterior. Eso va más o menos de acuerdo con el ritmo de los dos últimos años. No obstante, esas modestas ganancias salariales ahora valen menos en el mundo real. La razón: los precios de los bienes y servicios se están incrementando. En mayo, la inflación llegó al 2,8 por ciento y creció más rápido que los sueldos, los cuales aumentaron un 2,75 por ciento.

SALARIO DECEPCIONANTE

El crecimiento salarial decepcionante ha sido una característica de la economía desde la crisis financiera del 2008. Si la inflación continúa mermando las ganancias salariales, a los consumidores les alcanzará para menos, lo cual dificultará el crecimiento de la economía en general.

Desde la Casa Blanca se ha argumentado que los recortes a los impuestos corporativos, como los que se aprobaron el año pasado, provocarán que las empresas inviertan para mejorar la productividad y, por lo tanto, poder pagar más a sus empleados. Hasta ahora, ese círculo virtuoso da la impresión de no estar funcionando adecuadamente. Además, algunos economistas dudan de su propio funcionamiento. Durante años, las empresas han tenido la capacidad de invertir capital barato, y los salarios no han aumentado de manera considerable.

“Un costo más bajo de capital podría provocar más inversiones, las cuales a su vez generarían más crecimiento de la productividad, pero suponer que llegarán beneficios a los sueldos de la clase media se opone a todo lo que hemos visto en los últimos 20 años”, comentó Jared Bernstein, investigador sénior del Center on Budget and Policy Priorities que se desempeñó como funcionario en el primer período de Obama.

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