• POR ANDREW ROSS SORKIN
  • OMAHA

Elon Musk se está enfrentando a Warren Buffett, y sus diferencias van más allá de las bromas sobre dulces y fortificaciones medievales.

En la reunión anual de Berkshire Hathaway que se desarrolló el fin de semana, le informé a Buffett sobre una pregunta que formuló un accionista relacionada con un comentario que había hecho Musk unos pocos días antes.

“Creo que los ‘fosos’ son débiles”, dijo Musk durante una conferencia telefónica de Tesla. Fue una crítica al principio económico que acuñó Buffett en 1999 y que se ha convertido en un tipo de mantra para sus fieles: invierte en negocios “que tengan fosos amplios y sustentables a su alrededor”.

Según Buffett, esos fosos están formados por las ventajas competitivas que benefician a las marcas y empresas grandes, como las redes de distribución, el poder para fijar precios y la reputación de la marca.

Sin embargo, para Musk, son una metáfora de quedarse en el pasado. “Si tu única defensa en contra de los ejércitos invasores es un foso, no durarás mucho”, comentó. “Lo importante es el ritmo de la innovación: ese es el factor determinante y fundamental de la competitividad”.

En un momento en que la tecnología está venciendo incluso a las industrias prestigiosas que alguna vez dieron la impresión de ser impenetrables para la competencia, ¿podría ser que Musk tenga razón?

“Tal vez Elon pone de cabeza algunas áreas”, comentó Buffett. “Pero no creo que quiera desafiarnos con los dulces”, con lo cual sugirió que la división de See’s Candies de Berkshire disfrutaba de un foso amplio e inexpugnable. La broma provocó las risas de los 20.000 accionistas que abarrotaron el CenturyLink Center.

Musk respondió de inmediato al reto, pues dijo que iba a iniciar una empresa de dulces. “Y será increíble”, escribió en Twitter.

No solo eso: Musk mencionó que había planeado “crear un foso y llenarlo de dulces”, de manera que fuera imposible para Buffett resistir la tentación de invertir su dinero en la empresa.

El duelo de respuestas ingeniosas sirvió para producir algunas carcajadas y algunos titulares “ciberanzuelos”, pero la minúscula discusión disfrazó un debate más serio y significativo que se está llevando a cabo en todo el mundo corporativo de Estados Unidos: ¿los fosos tradicionales se han encogido?

En una época en que marcas que llegan directamente al consumidor como Dollar Shave Club han podido enfrentar a gigantes como Gillette de Procter & Gamble –con tanto éxito que Unilever compró Dollar Shave Club por 1000 millones de dólares–, ¿hay algún negocio que esté a salvo? Por ejemplo, Buffett es propietario de Kraft Heinz, pero ¿acaso podría suceder que algún día las nuevas y exitosas empresas de comida la superen, derrumbando la considerable red de acuerdos de mercadotecnia y distribución –y la lealtad a la marca– que Kraft Heinz ha construido durante décadas?

Buffett reconoció que los tiempos habían cambiado. “Ha habido más fosos que se han vuelto susceptibles a las invasiones que antes”, comentó.

En buena parte, Musk es la encarnación de un invasor jubiloso. Con Tesla, intenta demostrar que se puede superar el que durante mucho tiempo se consideró un enorme foso alrededor de la industria del automóvil. Musk se ha acercado de forma directa a los consumidores con los vehículos de Tesla, evitando las concesionarias tradicionales que alguna vez supusieron una barrera para entrar al negocio automovilístico. Incluso en apariencia tuvo su propio foso: una red de estaciones Supercharger por todo el país que hace poco tiempo abrió a los competidores (su primer ataque a la idea del “foso” vino a raíz de una pregunta sobre por qué estaba dispuesto a ceder la ventaja que ofrecía la red cerrada de carga).

Pero, seamos sinceros: la experiencia –y los desafíos– de Musk en Tesla quizá demuestre justamente el poderoso mecanismo de defensa ante los competidores que representa un foso.

En el caso de la industria automotriz, tal vez la barrera más grande sea la inmensa cantidad de capital que se requiere tener: Tesla ya ha recaudado más de 12.000 millones de dólares. No obstante, aun con enormes cantidades de dinero, los recientes problemas de producción que ha sufrido Tesla –en repetidas ocasiones, no ha cumplido con los objetivos de fabricar el nuevo Model 3 de gran consumo– demuestran el inmenso valor de la experiencia en la manufactura.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Queda claro que la voluntad de Musk para desafiar las convenciones ha impulsado la industria del automóvil, pero a últimas fechas el progreso del millonario ha sido más turbulento de lo que esperaba que fuera en un inicio. Esto no implica que vaya a fracasar pero, si tiene éxito, sería la excepción, no la regla.

Aún quedan sectores enormes de nuestra economía que tienen fosos de un tamaño abrumador, muchos de los cuales están protegidos por muros regulatorios. Al parecer es más probable que los bancos, de los cuales se ha especulado que están listos para la disrupción de las empresas tecnológicas financieras, compren empresas emergentes a que compitan contra ellas. Las aerolíneas –a las que Buffett alguna vez llamó "una trampa mortal para los inversionistas"– se han consolidado, y hay enormes corporaciones que controlan casi toda la asignación de horarios de aterrizaje en los aeropuertos del mundo. Antes de siquiera despegar, cualquier insurgente que tenga la esperanza de desafiarlas tendría que encontrar un lugar para aterrizar.

Incluso muchos negocios digitales tienen fosos: Google y Facebook controlan tal porción del mercado publicitario que es complicado pensar que haya un chico en un garaje que tenga una idea que pudiera usurparlos en el futuro próximo. La misma Amazon se ha vuelto tan poderosa que casi cualquier vendedor siente que debe pasar por ella. Y Buffett se ha convencido a sí mismo de que la profunda relación que tiene Apple con sus clientes por medio de su ecosistema de productos y el iCloud significa que el negocio tiene un foso defendible.

"Hay unos fosos muy buenos", comentó Buffett. "Por ejemplo, ser productor de bajo costo es un foso sumamente importante", añadió, haciendo referencia a Geico, la aseguradora de bajo costo que posee Berkshire.

El sábado por la noche, después de que terminó la reunión de Berkshire, Musk siguió con los tuits: "Decir que te gustan los 'fosos', es una bonita manera de decir que te gustan los oligopolios".

Para bien o para mal, la competencia limitada que enfrentan los oligopolios suele beneficiar a los inversionistas… aunque los consumidores no estén de acuerdo.

Sin embargo, sean cavados por la mano experta de una empresa, la buena voluntad de sus clientes o la maquinaria pesada de las regulaciones gubernamentales, los fosos siguen siendo una forma de protección formidable, incluso de los saqueadores más determinados.

Tal vez Charlie Munger, el vicepresidente de Berkshire, lo ha explicado mejor: "Elon dice que un foso convencional es solo algo pintoresco. Pero eso es verdad si habla de un charco".

Dejanos tu comentario