A lo largo del último año, los directores ejecutivos a menudo han mencionado el nuevo sentido de responsabilidad social que tienen las corporaciones para ayudar a sus comunidades y para confrontar los desafíos sociales aunque Washington no lo haga.

En los días posteriores al tiroteo en Parkland, Florida, que terminó con la vida de 17 estudiantes y miembros del personal de la escuela –y en un momento en el que Washington muestra poco interés en limitar la venta de armas de asalto–, hay una verdadera oportunidad para que la comunidad empresarial llene el vacío y demuestre que todo ese discurso de responsabilidad moral no es fingido.

Aquí presento una idea.

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¿Qué pasaría si la industria financiera –las empresas de tarjetas de crédito, como Visa, Mastercard y American Express; los procesadores de tarjetas de crédito, como First Data; y los bancos, como JPMorgan Chase and Wells Fargo– en verdad establecieran nuevas reglas para la venta de armas en Estados Unidos?

Hace años, PayPal, Square, Stripe y Apple Pay anunciaron que no permitirían que sus servicios fueran utilizados para vender armas de fuego.

"No creemos que permitir la venta de armas de fuego en nuestra plataforma sea congruente con nuestros valores ni sea lo mejor para nuestros clientes", me comentó un vocero de Square.

Las grandes firmas financieras ni siquiera tienen que ir tan lejos.

Por ejemplo, Visa, empresa que en el 2016 publicó un documento de 71 páginas en el que adoptaba su "responsabilidad corporativa", podría cambiar con facilidad sus términos de servicio para afirmar que no hará negocios con vendedores minoristas que vendan armas de asalto, cargadores de alta capacidad y los mecanismos "bump stock", los cuales facilitan los disparos más rápidos en los rifles semiautomáticos (incluso la Asociación Nacional del Rifle, o NRA, por su sigla en inglés, ha mencionado que apoyaría restricciones más severas para el uso de estos mecanismos).

Si Mastercard hiciera lo mismo, las armas de asalto serían prácticamente eliminadas de todas las tiendas de armas en Estados Unidos para que estas no quedaran excluidas de los sistemas de tarjeta de crédito.

Apenas este mes, JPMorgan Chase, Citigroup y Bank of America prohibieron el uso de sus tarjetas para comprar bitcoines y otras criptomonedas.

Seamos claros: esos tres bancos no te dejarán utilizar tu tarjeta de crédito para comprar bitcoines, pero con mucho gusto te permitirán comprar un rifle semiautomático AR-15, el mismo que se usó en los tiroteos masivos de Parkland; Newtown, Connecticut; San Bernardino, California; Las Vegas; y Sutherland Springs, Texas.

Curiosamente, Visa es la tarjeta preferida de la NRA: de hecho, hay una tarjeta Visa de la NRA, la cual emitió First Bankcard, una división de First National Bank of Omaha. Y el año pasado Mastercard anunció con orgullo que sería la tarjeta de Cabela's, una megatienda de equipo para actividades al aire libre que tiene un catálogo de armas de asalto que parece ser ilimitado.

Los representantes de Visa no respondieron a varios correos electrónicos que envié para conocer sus comentarios. Un vocero de Mastercard envió un comunicado estándar que expresaba "indignación por los sucesos recientes, entre ellos el que se dio la semana pasada en Florida".

"Nuestra red de pagos está regulada por normas que se han establecido con el tiempo", mencionó el comunicado. "Una de las principales es que no permitimos ni permitiremos que los comerciantes se involucren en actividades ilegales en nuestra red". El vocero de Mastercard comentó que la empresa seguiría en pláticas con los clientes y los legisladores respecto de sus políticas.

Si Visa y Mastercard no tienen disposición para tomar cartas en este asunto, podrían intentarlo los procesadores de tarjetas de crédito y los bancos que las emiten. Jamie Dimon, el director ejecutivo de JPMorgan Chase, banco que emite tarjetas de crédito y posee un procesador de pagos, ha mencionado que él y su banco tienen "una obligación moral, pero también un profundo interés" por ayudar a "resolver los apremiantes problemas sociales". Esta es su oportunidad, Sr. Dimon.

Además, aquí hay una variación en el mismo tema: ¿qué pasaría si en conjunto los clientes más importantes de la industria del procesamiento de pagos –empresas como McDonald's, Starbucks, Apple, Amazon, AT&T, CVS y otras más que por lo regular hablan de "responsabilidad social"– presionaran a la industria para hacerlo? Habría una oportunidad de que algunos de los procesadores de pago dejen de aceptar ventas de armas. ¿Tal vez sus voces servirían como forma de presión a alguno de los bancos para que deje de hacerlo y ponga el ejemplo?

¿Todo esto es un sueño imposible? Quizá, pero pasé las últimas 72 horas haciendo llamadas telefónicas y escribiendo correos electrónicos a un puñado de directores ejecutivos para discutir estas ideas. Nadie quiso hablar oficialmente, porque es un tema delicado. Sin embargo, todos aplaudieron la idea y algunos señalaron que ya lo habían pensado. Tiempo después descubrí que unos pocos habían llamado a sus pares para comenzar un diálogo.

Al menos dos ejecutivos mencionaron que una razón por la cual no han sido más abiertos es que temen las represalias de la NRA y de otros simpatizantes de las armas, no solo en la forma de boicots que pudieran afectar su balance, sino también de acciones que podrían poner en peligro la seguridad de sus empleados.

Es evidente que habría oposición. Durante una conferencia, se le preguntó a Peter Thiel, el cofundador de PayPal, qué pensaba sobre la decisión de su ex empresa de no hacer negocios con comerciantes de armas de fuego, y dejó claro su desagrado. "No, no lo habría hecho si todavía estuviera a cargo", señaló Thiel, quien dejó la empresa hace años y es simpatizante del presidente Trump.

Tal vez el obstáculo más grande para realizar algo por el estilo sean las empresas como Walmart, la cual tiene una enorme influencia en la industria financiera. Aunque Walmart dejó de vender rifles de asalto en el 2015, podría ver con desconfianza cualquier política de un emisor bancario o una empresa de tarjetas de crédito que limite el tipo de productos que vende.

La gente que critica la utilización de la industria financiera para influir en la venta de armas podría argumentar que este tipo de medidas discrimina a los vendedores minoristas de armas. Sin embargo, los vendedores de armas no son una clase protegida, como la edad, la raza, el género, la religión o incluso la afiliación política. Esta sería una decisión estrictamente comercial.

Otra crítica gira en torno a la imposibilidad de prevenir todos los tiroteos, sin importar de qué manera se restrinjan las armas. Además, las acciones de los bancos afectarían a millones de clientes que obedecen la ley, pues prescribirían lo que pueden comprar y lo que no.

El aspecto más problemático de que la industria financiera intente restringir la venta de armas es que llevaría las más peligrosas a un mundo ilocalizable donde las ventas dependerían del efectivo. Eso es verdad. No obstante, esto en definitiva volvería considerablemente más difícil encontrar estas armas.

Hay otros sectores de la industria financiera que podrían dar un paso adelante. Por ejemplo, Lloyd's of London es la aseguradora preferida de las ferias de armas. Podría dejar de participar.

Nada de esto es una panacea. Sin embargo, es un inicio. Se necesita liderazgo y valentía, justo lo que estos ejecutivos dicen tener. Si no quieren respaldar sus palabras con acciones, la próxima vez que haya un tiroteo en una escuela que provoque una discusión sobre las empresas que venden armas, también se debería incluir a la industria financiera que

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