Ben Protess

La primera semana de Thomas J. Curry como regulador bancario federal fue su peor semana.

Poco después de asumir el control de la Oficina del Contralor de la Moneda, que controla algunos de los bancos más grandes de Estados Unidos, Curry se enteró de que JP Morgan Chase estaba acumulando miles de millones de dólares en pérdidas en un arriesgado negocio con productos derivativos en Londres.

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El episodio –que ocurrió en el 2012–, fue conocido como la Ballena de Londres y expuso enormes lagunas en la supervisión federal de los grandes bancos. Unos meses más tarde, un informe del Senado citó los "fracasos sistémicos" de la agencia que permitieron que un plan de lavado de dinero en HSBC "pudiera agravarse y empeorar".

Cinco años y cientos de millones de dólares en multas después –para JP Morgan, HSBC y otros– Curry es conocido por revisar la agencia y su enfoque a la regulación bancaria.

Pero ahora que la administración Trump lo removió del cargo, casi un mes después de que expirara su mandato, legisladores demócratas están alarmados, ya que temen un regreso a los días en que la agencia era más una porrista que un perro guardián.

Los legisladores, señalando que el presidente Trump ha prometido desmantelar las normas financieras de la era Obama, plantearon preocupaciones acerca de la decisión del gobierno de reemplazar a Curry. El Departamento del Tesoro anunció esta semana que Keith Noreika, un abogado de la banca de larga trayectoria, actuaría como contralor interino hasta que el presidente nomine uno nuevo.

El senador Sherrod Brown, el principal demócrata del Comité Bancario, calificó de "inquietante que el presidente se apresure a reemplazar al señor Curry por un funcionario que tiene claros conflictos de intereses".

Quienquiera que sea su sucesor formal –Joseph Otting, ex ejecutivo de OneWest, está presuntamente siendo considerado para el cargo– la salida de Curry revela la casi conclusión de la regulación bancaria de la era Obama, un período conocido por grandes multas y largas reglas, preocupaciones persistentes sobre la cultura de una industria que ha enfrentado su parte de escándalos. La ida de Curry sigue a la salida de Daniel K. Tarullo, el funcionario de la Reserva Federal que dirigió los esfuerzos para fortalecer la regulación financiera.

Curry habló esta semana con The New York Times sobre su mandato y los retos que se plantean a los reguladores bancarios en la administración Trump. A continuación, se presentan extractos de esa entrevista.

P. ¿Cómo influyó el episodio de la Ballena de Londres para moldear su enfoque en la agencia?

R. En ese momento, creo que me dieron accesos de vértigo. Pero, de verdad, pienso que fue algo bueno.

Nos hizo ver cómo podíamos estar mejor y creo que fue probablemente la razón definitiva por la cual la gente –mi equipo directivo aquí y el personal– se inclinó por la necesidad de obtener una revisión externa de cómo supervisar. Para analizar realmente lo bien que examinamos. Esa suerte de "esto tendría que ser la hoja de ruta" a tratar de hacer de eso un camino estelar, lo que espero y creo que es, una agencia de supervisión bancaria estelar. Que yo sepa, ningún otro regulador a nivel mundial lo ha hecho nunca.

P. Usted también eliminó a algunos de los ancianos de la agencia que tenían un enfoque más desregulador. E instaló gente como Paul Nash, de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos, como principales asesores.

R. Usted necesita tener una visión compartida. Como he dicho, la parte buena de que haya ocurrido algo como la Ballena de Londres y el caso del HSBC era que ya no se podía argumentar que no había un problema que necesitábamos enfrentar como agencia. Creo que la gente se siente muy bien acerca de la agencia hoy y de hacia dónde nos dirigimos.

P. Existe la norma Volcker y las reglas que requieren que los bancos tengan mayor capital, pero, ¿cuál fue la idea detrás de sus "estándares elevados" menos conocidos para los ejecutivos y directorios de los bancos?

R. Usted necesita reglas. Los requisitos de capital y liquidez son esenciales. Pero lo que ofrecemos es la capacidad de evaluar las estructuras de gestión de riesgos en las instituciones y en la gobernanza corporativa. Lo que hicimos con los estándares elevados dice básicamente: "Cuanto más grande eres, más esperamos de ti".

P. Una vez le dijo al Times que la relación entre su agencia y los bancos era semejante a "una relación sacerdote-penitente". ¿Los bancos se han hecho mejores tras confesar sus pecados?

R. Idealmente, queremos que el banco detecte primero este tipo de cosas. La industria está siendo mucho mejor en eso. Pero, nadie es perfecto todavía.

P. Usted también presionó por un cambio de cultura en su propia agencia y, sin embargo, publicó un informe condenatorio el mes pasado en el que la agencia reconoció que su supervisión de Wells Fargo durante todo el esquema de cuentas falsas fue "inoportuna e ineficaz".

R. Creo que hemos hecho grandes progresos. Ser una organización fuerte requiere que se eche un vistazo a uno mismo y a sus acciones. Para aprender de ellas. Esa fue la razón por la que pensé que era importante hacer la revisión de las lecciones aprendidas –y aunque resulte doloroso para nuestro orgullo– hacerlo públicamente. Una vez más, no veo que otras agencias hayan tomado un problema por los cuernos, reconociéndolo y luego haciendo algo para corregirlo.

P. ¿Le preocupa que su sucesor desarrolle un nuevo enfoque regulador?

R. No creo que nadie quiera repetir los errores del pasado. Necesita un manual sólido de reglas y luego necesita profesionales altamente capacitados, supervisores dedicados para hacer una evaluación de lo bien que los bancos se adhieren a ese marco. Creo que se puede jugar en los bordes, pero, siempre y cuando se tengan los elementos clave en el lugar indicado, se tiene un buen sistema.

P. ¿Qué tan sorprendido se sintió al recibir la llamada de la administración Trump esta semana?

R. Mi mandato terminó a principios de abril. Me ofrecí a quedarme mientras la administración me quisiera. Vivo en Boston y tengo un apartamento alquilado aquí. Le dije a la gente que iba de mes en mes a mi apartamento y yo estaba mes a mes en el trabajo de la contraloría.

P. ¿Algún consejo para su sucesor?

R. Hay que estar preparados para la próxima recesión. Al final del día, no se puede evitar que los bancos cometan errores con los préstamos individuales. No es nuestro trabajo. Pero es nuestro trabajo asegurarnos de que los bancos estén sanos y salvos y que el sistema en sí sea estable.

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