Estamos en una era de múltiples transformaciones. Estos cambios en su gran mayoría serán evoluciones de alto impacto para los próximos años y posiblemente décadas.

La polarización en las ideas y pensamientos ha generado conductas que no imaginábamos observar, un grado de calificación de lo que cada uno cree sobre las ideas de otros que han llegado a un extremo de enfrentamientos personales, sociales, incluso familiares.

Esta polarización ha generado que, si no estás de acuerdo con la opinión de la otra persona, eres etiquetado como una persona que no pertenece a este tiempo. A este concepto, le sumamos que nunca hemos tenido tanta tecnología para implementar nuevas ideas. Nunca hemos logrado innovar de manera tan rápida y que produzca cambios radicales en los productos o servicios que consumimos día a día.

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En este escenario es donde debemos premiar la humanización de las interacciones, es donde debe emerger “la voz del líder”; con una acción que realmente implique una guía en las ideas y unión de esfuerzos de las personas que sean capaces de concitar convergencias tras objetivos trascendentes.

En este contexto, el líder debe transformar a su organización, alentando, inspirando y motivando a sus entornos a generar propuesta de valor que, con innovación y creatividad, permitan a las empresas crecer en el futuro con un propósito.

El líder debe crear modelos de negocios que ofrezcan una propuesta de valor real y tangible a sus consumidores, promoviendo ventajas competitivas, inimitables, insustituibles, apropiables, perdurables y superior.

Para lograr esto, lo primero que debemos hacer es “sintonizarnos con el caos”. Las conversaciones existen y cada vez serán más radicales y caóticas. La tecnología cada vez nos permitirá crear mejores soluciones y amenazarnos con erradicar nuestras ventajas actuales. En cuanto a las generaciones, cada vez habrá más personas cuyos rasgos se modificarán más rápidamente y hará que convivamos en entornos de trabajo de manera muy natural. Productos internacionales cada vez están más cerca, empresas pequeñas y ágiles que desestabilizan a empresas consolidadas. Stackeholder más demandantes.

Estos cambios permanentes hacen que con mayor urgencia sea más importante desarrollar líderes que mantengan la concertación estratégica que se necesita para crecer. Estamos ante la peculiar combinación en la cual debemos ajustarnos internamente a los desafíos externos, a través de la construcción de una cultura de empresa que sea parte del modelo de negocios que hemos diseñado.

Esta combinación de “la voz del líder” y la “sintonización con el caos”, debe reflejarse en un “equipo alineado”, capaz de seguir la visión del líder (empresa), estar convencido de la autonomía y autoridad que cada uno debe tener y, por sobre todo, un compromiso emocional en la generación de resultados.

Etiquetas: #formar líderes

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