En una nota anterior dijimos que todos los habitantes de este bendecido país esperamos que en el 2020 se realicen los cambios necesarios en pos del futuro exitoso y venturoso del Paraguay, que se cumpla la ley y se castigue a los malandrines, y sobre todo que el presidente de la República cumpla lo que juró poniendo a Dios y a la Patria como testigos y anteponga a todo y todos los intereses de la Nación, y ordene.
Que, se elimine de la estructura del Estado a todos lo que han dado prueba indudable de su ineptitud, deshonestidad y falta de patriotismo.
Que, el Ministerio Público, inicie las acciones pertinentes para recuperar lo robado por aquellos que desempeñaron y desempeñan cargos de privilegio en el Gobierno, sus cómplices y participes. Que, se destituya, procese y condene, si corresponde, a los deshonestos y mentirosos y que nunca más el pueblo sea sometido, explotado y humillado por los que se encuentran administrando nuestro país.
Que, prevalezcan los interese superiores de la Nación y que sus autoridades –no estoy generalizando– dejen de ser cómplices y encubridores de quienes hicieron que nuestro país sea considerado como uno de los más corruptos del mundo y el más pobre y atrasado en el continente americano. Y, que aquellos que atentaron contra la Nación, vulgares traidores de la patria, sean sometidos a la justicia y sus bienes mal habidos confiscados y devueltos al patrimonio nacional.
Es hora que el señor Presidente ordene la depuración y acabe con todos esos personajes que ocasionan los males que nos aquejan, que son de su conocimiento, llevando adelante su plan de gobierno con el cumplimiento de sus promesas de campaña, todos los paraguayos, y cuando eso ocurra los ciudadanos van a decir presente señor Presidente, acá estamos para respaldarlo.
Estamos seguros que no podemos pedir que el señor Presidente reforme su plan de gobierno dejando de lado los compromisos asumidos cuando su campaña, seleccionando a los mejores y facilitar su acción de gobierno, pero sí podemos pedir que impida que los malos y sinvergüenzas hagan demasiado daño, y dificulten a los buenos sacar adelante sus proyectos. Por eso alguien, acertadamente, expreso: “La democracia sobrevive cuando la inteligencia del sistema compensa la mediocridad de los actores”.
Todos los paraguayos esperamos que el 2020 sea un año de cambio en beneficio de la Nación, y para ello solo tenemos que animarnos a comenzar para avanzar hacia el futuro exitoso que nos depara el destino, con pasos firmes y decididos. Viva, por sobre todos, el Paraguay.