• Por Felipe Goroso S.
  • Analista
  • Twitter: @FelipeGoroso

Mis amigos son unos atorrantes. Se exhiben sin pudor, beben a morro, se pasan las consignas por el forro, se mofan de cuestiones importantes. Mis amigos son unos sinvergüenzas que palpan a las damas el trasero, que hacen en los lavabos agujeros y los echan a patadas de las fiestas. Mis amigos son unos desahogados que orinan en mitad de la vereda, contestan sin que nadie les pregunte y juegan a los chinos sin monedas. Mi santa madre me lo decía: “cuídate mucho, Juanito, de las malas compañías”.

Lo que acaban de leer es la primera parte de un tema de Joan Manoel Serrat, Juanito es él, obviamente. Y el tema se llama Malas compañías.

También podría aplicarse para describir cierta comitiva que últimamente fue al sur. Sobre la cual giraron muchos comentarios que tienen que ver con la Comunicación Gubernamental, no voy a ser precisamente yo quien le quite responsabilidad al equipo comunicacional del gobierno, pero en el caso de este nuevo bochorno debemos apuntar más arriba.

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La conformación de una comitiva presidencial no es tarea sencilla. Conlleva mucha responsabilidad, más allá de que sea una ida al Vaticano o a algún punto distante del interior de nuestro país. Tal vez podría entenderse si es que era la primera vez de este tipo de deslices, pero hoy se cumplen exactamente 9 meses de gobierno. Y si luego de todo ese tiempo la comitiva presidencial –la que representa a la investidura del presidente de la República de todos los paraguayos– no está integrada por lo mejor que tiene el Ejecutivo para mostrar y al contrario se compone de personas que no están a la altura de las circunstancias o sin una función estratégica o especifica; quiere decir que algo no está funcionando. Una comitiva presidencial es precisamente eso, no un club de fotografía ni una competencia de taha taha.

La política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, es (entre muchas otras cosas) el arte de construir imágenes. Imágenes que tienen que ver con un todo que transmite mensajes, la mayoría de ellos deberían de ser positivos buscando el fortalecimiento del liderazgo que debe proyectar el gobierno. Un liderazgo necesariamente inspirador y motivador, más en momentos de crisis.

Por eso hoy, día de las madres, debemos más que nunca recordar el consejo que le hacía su mamá a Joan Manoel Serrat: “cuídate mucho, Juanito, de las malas compañías”.

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