- Por Felipe Goroso S.
- Twitter: @FelipeGoroso
Un ensayo permanentemente citado por quienes amamos y trabajamos en la Consultoría Política y Comunicacional escrito en 1957 por el politólogo y profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Yale, Robert Dahl, dice que el poder es y lo cito: “A tiene poder sobre B en la medida en que puede conseguir que B haga algo que de otra manera no haría”. El prestigioso analista de política internacional y autor de numerosos libros –uno de ellos aprovecho a recomendar su lectura “El fin del poder”– Moisés Naím aporta un enfoque similar a la definición de poder: “El poder es la capacidad de dirigir o impedir las acciones actuales o futuras de otros grupos e individuos”.
En el mismo libro, Naím relata cómo la dinámica del poder ha cambiado y cada vez es más difícil de conservar para los grupos que históricamente lo ostentaban.
¿A cuento de qué les hago esta introducción? Pues a cuento del último desliz del presidente de la República, donde un grupo de ciudadanos, con una concejala del municipio de Presidente Franco como vocera, le reclamó a Mario Abdo aspectos referentes a la salud en el departamento de Alto Paraná y que, a pesar de mucha insistencia, no habían sido recibidos por las autoridades a los efectos de hacer escuchar sus reclamos, tomando entonces el camino del escrache como último recurso. En el punto más álgido de la intervención de la concejala, la misma le recuerda al Presidente que si es que se separa del pueblo no terminará su mandato de cinco años. Y ahí se viene el desliz del Presidente, que responde: “¿Vos me vas a echar? Qué miedo tengo”, todo esto acompañado de un nervioso subir y bajar del cierre del chaleco que lucía el Presidente y una aún más nerviosa y forzada sonrisa. Acorde a los tiempos que corren, el video no tardó en viralizarse. Casi al mismo tiempo llegaron las piezas de Comunicación Política más contundentes del actual mundo digital: los memes.
¿Y cuál fue la brillante respuesta del equipo comunicacional del gobierno? El desespero. Lanzar a redes la segunda parte del video, donde aparte de intentar elaborar una respuesta que siquiera se asemeje a alguien que ostenta la investidura presidencial, lo único que hizo fue mostrarnos el momento en el que Mario Abdo lanza una frase que pinta un cuadro bastante preocupante, que es cuando dice: “Yo también estoy frustrado”. Señor presidente, lleva apenas ocho meses de mandato, si usted está frustrado ¿qué nos queda a los comunes?
Esta segunda parte del video venía acompañada de la siguiente frase: “Lo que no te muestran”. Desde periodistas de la TV Pública (quienes, por cierto, son parte del aparato comunicacional del gobierno que debería mostrar aquello que vaya acorde a la estrategia que se plantee) diciendo que se buscaba incidentar hasta, y acá viene una cuestión que no debería pasar desapercibida, un viceministro de la cartera de Hacienda. Un área que usualmente se mantiene aislada de los vaivenes políticos.
Todo hace suponer que ninguno de los asesores presidenciales de Comunicación tan siquiera hojeó “El fin del poder”.
En Comunicación de crisis, las malas respuestas frente a un escándalo producen una crisis aún mayor. La Comunicación Gubernamental debe ser organizada de manera que pueda responder inmediatamente a las demandas de información y a las crisis. Y este gobierno es tan propenso a las crisis como a la improvisación al momento de la Comunicación de esas crisis. Y eso es inadmisible en cualquiera de los niveles de la política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a; esto incluye a todos los poderes del Estado y se profundiza a nivel presidencial.