Por Eduardo “Pipó” Dios, analista

Asumió Marito. Asumió Marito y seguimos como si no hubiera asumido. A ver... ¿a qué me refiero? Seguimos como si no hubiera pasado nada. Nombró un gabinete lleno de sombras y escasas luces. Viejos zorros, bien conocidos, con antecedentes, penales algunos, cuidando o más que cuidando, a cargo de los gallineros. Las gallinas, bien gorditas algunas, listas para ser devoradas. Otros son simples neófitos en el difícil arte de cuidar la cosa pública, cero experiencia y mínima o escasísima preparación. ¿Único mérito? La confianza del jefe de Estado. Su “supuesta y cacareada” honestidad en muchos casos con sombras de duda.

Hasta los colegas más fervorosos del marioabdismo (realmente es un anticartismo rebautizado de modo a acomodarse a los nuevos tiempos) no se muestran muy optimistas en público y en privado expresan sus dudas más profundas. Es que Mario Abdo sigue adoleciendo de lo que siempre se le reclamó, falta de liderazgo. Eso se nota a la hora de la repartija de cargos sin más mérito que las deudas políticas. El pago de facturas. No solo políticas, también empresariales. Es clara la presencia de empresarios con feroces intereses en el Estado en su primer anillo de asesores. Son pocos los que creen que sea por mero patriotismo. Ellos bancaron el proyecto, sea política o financieramente. Es hora de cobrar.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Si bien habrá alguno que lo hará por patriotismo o por un interés más allá de sus propios intereses personales, son escasos, mínimos.

El Presidente está rodeado de zorros. Muchos caciques que se creen dueños del gobierno. Que entienden que Mario Abdo es uno más, es el primero, pero no el jefe. Él tiene que cumplir con ellos. Al final, ellos lo pusieron... Siempre con base en lo que ellos creen, que puede o no condecirse con la realidad.

¿Cómo seguirá esto? Hay quienes confían en que así como lo quieren usar, lo usan, el Presidente los sabrá usar también y mantendrá el control, o quizás sería más exacto decir que tomará el control en algún momento. Muchos amigos del entorno reconocen la situación y hablan de que les dará un tiempo y que luego rodarán las cabezas de los que no se alineen atrás de él.

¿Será así? Hoy nada parece indicar que así sea. Además, hablamos de un Parlamento con vida propia, atomizado y cambiante. El Presidente no tiene una bancada propia, la bancada que dice responderle es la que considera que tiene su presidente propio.

Ojalá, decía el finado general Rodríguez, que Mario Abdo muestre que el líder es él. Ojalá también que sea antes de que sea muy tarde.

Veremos.

Dejanos tu comentario