• Por Emma Paoli
  • Dra. En Ciencias de la Educación
Los paraguayos tenemos una cita muy importante con nuestra propia historia. Unas elecciones generales indudablemente generan una expectativa enorme porque da pie al inicio de un nuevo gobierno y un nuevo Parlamento que deben guiar al país por cinco años.
Durante los últimos meses hemos insistido en la necesidad de poner a la Educación en primer lugar, más allá de los colores, más allá de los partidos políticos, en especial en este año electoral. Esto porque es necesario poner énfasis en la educación paraguaya para lograr el crecimiento que todos queremos.
Hemos dicho que la transformación educativa paraguaya de la que tanto se está hablando desde hace varios años recién está en su apogeo. Consideramos que si bien desde varios sectores se analiza con insistencia a la educación en su conjunto (sus aspectos positivos y negativos) y las acciones que se tienen que desarrollar para mejorarla, falta una coordinación general que logre reunir todas las ideas para acordar un modelo y luego implementarlo.
Los paraguayos vamos a elegir en las urnas un modelo de gestión gubernamental. Esperemos que sea quien fuera el ganador tenga verdaderamente entre sus prioridades la educación y que las propuestas que se ha presentado en la etapa de campaña sean cumplidas en los próximos años.
Reiteramos lo señalado ya en este mismo espacio: Es imperioso que aquellos que tendrán la responsabilidad de guiar al país, asuman el compromiso de poner a la Educación en el primer lugar. Pero no solo los que asumirán el poder tienen que tener como obligación trabajar por la educación, sino también quienes no obtengan los resultados electorales que esperan.
Si la noble función que debe cumplir la política es comprendida como una herramienta para destruir, no podremos crecer nunca. Tenemos que entender que Paraguay no debe seguir inmerso en peleas que afecten al crecimiento. Más allá de los legítimos derechos que todos persiguen, los que ejercen la política tienen que priorizar los intereses ciudadanos, entre los cuales está el deseo del mejoramiento de la calidad educativa.

Además del compromiso que se espera de nuestros futuros representantes responsables, la sociedad debe acompañar este proceso de urgente transformación educativa, porque de ello depende el desarrollo que tendrán nuestros niños y jóvenes de cara el futuro. Y la fiesta cívica que tenemos hoy es una oportunidad para demostrar nuestro derecho al voto, el derecho de elegir a nuestras autoridades, y el derecho de exigir que la educación paraguaya sea una prioridad.

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