Categóricamente existe un sector de la clase política que sigue desconectado de la realidad del país y de las exigencias ciudadanas. El Frente Guasu, de manera descarada e inoportuna, aprovecha la complicada situación sanitaria y económica que atraviesa el país a causa del COVID-19 para meter sus ridículas peleítas ideológicas y plantear ajustes impositivos en tiempos de crisis y ajustes de cinturón.
Precisamente el sector productivo del país es uno de los que hoy están remando para mantener los puestos de trabajo, evitar despidos y cumplir con los salarios a fin de mes. Lo que menos nos conviene en este momento es apretar con nuevas cargas tributarias al mismo sector que hoy está en la nómina de los grandes contribuyentes.
No resiste la más mínima lógica el planteamiento inoportuno de Lugaucho y sus secuaces. Los impuestos se calculan en porcentaje; es decir, los que más ganan son los que más están pagando. Estos oportunistas del Frente Guasu, quienes están colgados hace años de los sueldos del Estado, no son capaces de salir a la calle a remar y generar fuentes de trabajo para la gente.
Están muy cómodos prendidos a sus zoquetes, como por ejemplo el eterno parlamentario del Mercosur, Ricardo Canese, quien anda activo en las redes sociales pidiendo más impuestos, mientras cómodamente y sin hacer absolutamente nada cobra cada mes más de 30 millones como parlasuriano. ¡Japoína!
Sin dudas es valorable el gesto del Presidente de anunciar y plantarse con los recortes de beneficios y salarios siderales en la función pública. Pero lo ideal es que todos acompañen la iniciativa para que la carga de la crisis no solamente pese al sector privado, por eso es que se reclama un esfuerzo al sector público.
Lastimosamente algunos parlamentarios no entienden este reclamo y dan la espalda a iniciativas que deberían ir en consonancia con el discurso del Ejecutivo. Y lo peor aún, los mismos cercanos al number one, en vez de ponerse a la defensiva con ataques y aflores de rencillas internas, deberían sacar el mismo pecho para exigir a sus aliados que remen del lado del Presidente.
La ciudadanía valora hoy el esfuerzo del Ejecutivo en pivotear esta crisis en medio de la incertidumbre, pero también deben estar preparados para recibir las observaciones y reclamos oportunos. Da la sensación que desde el oficialismo, como lograron posicionar imagen con las oportunas medidas, ya están en modo aplausos y están intolerables a cualquier crítica. Es momento de estirar todos juntos este carro para salir de la crisis fortalecidos como nación. No es momento de sacar a relucir berrinches internos que siempre han retrasado los cambios necesarios para el mejor funcionamiento del Estado.