El salón IAA, la gran cita de la industria automovilística alemana, se inaugura el martes en Múnich en plena campaña electoral y con preocupaciones ecologistas, lo que podría dejar en segundo plano las novedades de un sector sacudido por la pandemia.

Este evento bianual, uno de los principales encuentros internacionales del sector, intenta resurgir tras una decepcionante edición de 2019 en Fráncfort, la histórica ciudad anfitriona, que puso en duda su propia existencia. Esa edición fue desdeñada por muchos fabricantes, perturbada por los ecologistas y solo atrajo a unos 560.000 visitantes, un 30% menos que la edición anterior.

La incógnita es si habrá público en 2021. El reto es importante porque, en plena crisis sanitaria, muchos fabricantes volverán a ausentarse esta vez, como los grupos japoneses o el gigante Stellantis (Peugeot-Fiat-Chrysler). El líder de los coches eléctricos, Tesla, también estará ausente. El IAA cuenta también este año con más de 70 marcas de bicicletas para atraer a nuevos públicos.

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“Movilidad” y coches

El IAA ya no será solo de coches, sino que se describe como un “salón de la movilidad” y se centrará en la protección del clima. Además de la habitual exposición de los últimos productos de cuatro ruedas, habrá conferencias y test de conducción de todo tipo de vehículos, desde scooters hasta limusinas (eléctricas).

Debido a las restricciones sanitarias, el aforo máximo es de 50.000 personas en el recinto ferial y de 30.000 en los actos en la ciudad. Sin embargo, este nuevo concepto no ha calmado las manifestaciones y el grupo de activistas que consiguió bloquear temporalmente la entrada principal de la feria hace dos años anunció una nueva ola de “desobediencia civil” el próximo viernes.

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Un día después, el sábado, también está prevista una manifestación convocada por varias oenegés que podría reunir a miles de personas en Múnich. Los activistas climáticos anunciaron esta semana una ofensiva legal contra Volkswagen, Daimler y BMW. Aprovechando una sentencia del Tribunal Constitucional de principios de año que convierte la protección del clima en un derecho fundamental, quieren condenar a los fabricantes y obligarles a acelerar la salida de la gasolina y el gasóleo.

La política también estará presente con la canciller Angela Merkel, que pronunciará el martes uno de sus últimos discursos antes de las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre, tras las cuales tiene previsto retirarse de la política.

Y se espera que varios candidatos a su sucesión estén en la tribuna, empezando por el conservador Armin Laschet de la CDU/CSU de Merkel, con dificultades en las encuestas electorales. En cuanto a los coches, el salón será más eléctrico que nunca.

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La Comisión Europea está impulsando el fin de los motores de combustión para 2035 y se espera que se presenten algunas novedades en el salón. Volkswagen podría presentar un coche pequeño eléctrico y un utilitario conceptual. Renault planea traer sus nuevos Mégane y R5 eléctricos, así como una berlina diseñada para vehículos VTC bajo su marca Mobilize.

Además de un SUV impulsado por hidrógeno, el grupo BMW, con sede en Múnich y el mayor expositor del salón, detallará su visión futurista de un coche eléctrico 100% reciclable y fabricado íntegramente con materiales reutilizados o recursos renovables.

Fuente: AFP.

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