Si una oficina de tu gobierno te preguntara si te has fumado un porro recientemente y cuánto pagaste por él, ¿contestarías? La oficina de estadísticas de Canadá, conocida informalmente como Statcan, está a punto de descubrir si los ciudadanos de su país lo harían. El 23 de enero invitará a los canadienses a declarar sus hábitos con el cannabis de manera anónima a través de una aplicación.

Su curiosidad es completamente profesional. El gobierno de Canadá, liderado por el primer ministro Justin Trudeau, planea legalizar el uso recreacional de la marihuana para el 1 de julio. Statcan necesita datos confiables para poder incorporar el novedoso y respectivo sector de este bien de consumo en los registros nacionales.

Desde que Trudeau dijo, durante la campaña para las elecciones del 2015, que el gobierno Liberal legalizaría la marihuana, la discusión se centró en quién estaría autorizado para venderla y qué nivel del gobierno recibiría el dinero recaudado de los impuestos a la marihuana. Los departamentos del gobierno a cargo de la salud, los impuestos, la seguridad y otros están cambiando sus procedimientos y reasignando a los funcionarios para prepararse ante la legalización.

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Statcan tiene un trabajo especialmente complicado. Tiene que estimar la contribución que la producción, la distribución y la venta del cannabis hace a la economía. Para lograrlo, debe saber el estado de la economía relacionada con el cannabis cuando era ilegal. La última vez que Canadá pasó por un momento así fue en la década de 1920, cuando terminó la prohibición y el antiguo Dominion Bureau of Statistics llevaba los informes nacionales.

"No podemos, como contadores nacionales, solamente establecer un número después de la legalización", dijo Jim Tebrake, el funcionario de Statcan a cargo de los informes sobre el cannabis.

Eso crearía la ilusión de que la economía tuvo un repentino incremento de una actividad que ya sucedía pero de manera ilícita, explicó. Para evitarlo, la agencia necesita publicar datos que se remonten hasta 1961, el año base de los informes. Incorporaría estos nuevos datos en las cifras oficiales, una vez que se aseguren de que son confiables.

Mientras que Uruguay y varios estados de EEUU, como California, han legalizado el cannabis, los profesionales de la estadística canadienses no están usando ningún país como modelo. Una vez que los canadienses puedan fumar marihuana legalmente, medir el valor de la indulgencia será más fácil.

Incluso buscar datos del pasado puede ser peligroso, tal como lo descubrió un investigador de la Oficina del Presupuesto del Parlamento. La tecnología de la unidad se dio cuenta de que sus búsquedas incluían sitios en línea sobre marihuana y estaba llenando archivos de datos olorosos, así que cerró la cuenta de su computadora. Tuvo que convencer a los detectives internos de que su trabajo estaba dentro de la ley.

La producción es la parte más difícil de medir en la cadena de valores del cannabis.

"Es más difícil encontrar a los productores que a los clientes", dijo Tebrake.

La razón principal es que, a menos que cultiven la yerba para venderla en el mercado legal de la marihuana medicinal, básicamente son criminales de alto rango. En EEUU, los agentes encubiertos algunas veces consiguen datos sobre la producción. Canadá depende de la información que la policía y los funcionarios aduanales obtienen cuando hacen decomisos de cannabis, pero esos datos dependen de quién tenga suerte cada año, los traficantes o la policía.

Las encuestas de salud de Statcan y otras agencias son una manera de medir los hábitos de consumo, aunque la gente no siempre dice la verdad sobre sus hábitos. Además, para medir en dólares su valor de mercado, quienes realizan los cálculos estadísticos también necesitan información sobre los precios. Statcan, junto con otras agencias, ha utilizado priceofweed.com, donde los usuarios publican de manera anónima la cantidad, el precio y el lugar de su compra. La muestra para nada es perfecta: los datos provienen solo de una fuente, y la gente que publica en priceofweed.com podría no ser representativa. Además, el sitio muestra solamente las últimas 15 compras para cada ubicación.

Para darle la vuelta a ese problema, Statcan analizó información que recopiló Dark Crawler, un programa de software que puede deambular en la red en busca de los antiguos datos de priceofweed.com. Para poder tener acceso a datos aún más viejos, está recolectando información obtenida por académicos como Luca Giommoni, un experto en mercados ilícitos de la Universidad Cardiff en el Reino Unido, y David Décary-Hêtu de la Universidad de Montreal. La aplicación de Statcan de colaboración abierta va a completar, más que reemplazar, la información de priceofweed.

El día que Statcan dé a conocer la aplicación, publicará sus primeras estimaciones para la economía del cannabis que tiene registro desde 1961 en un nuevo centro para el cannabis. Tendrá espacio para que cualquiera proponga datos más certeros. Si la gente piensa que el precio es muy bajo, podrán sugerir ajustes, lo que aumentaría el valor de la economía del cannabis. La gente en la calle tiene una gran cantidad valiosa de información, dijo Tebrake.

La oficina presupuestaria del Parlamento hizo un primer intento para calcular el tamaño del mercado: supuso que para el 2018 los canadienses gastarían de 3.400 a 5.000 millones de dólares en cannabis, o cerca del 0,2% del PIB. Esto es un poco menos de lo que gastan en cerveza. Sin embargo, antes de incluir sus cálculos en reportes nacionales, Statcan tiene que descubrir cuánta actividad actual, como la energía eléctrica utilizada por cultivos bajo techo ilegales, se está usando en la economía del cannabis.

Después de la legalización, Statcan planea encuestar a 10.000 casas cada tres meses para observar cómo cambia su comportamiento.

"Estamos tratando de desarrollar una colección de datos para medir este suceso porque casi lo consideramos nuestro deber estadístico", dijo Tebrake.

El trabajo de la agencia podría ayudar a otros países que tienen en mente la legalización de mercados ilegales. Mientras más distorsionen los fumadores su percepción de la realidad, menos podrán permitirse los profesionales de la estadística el lujo de distorsionar la suya.

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