En el Royal Albert Hall de Londres, la Academia Británica del Cine celebró la 71ª edición de los Premios BAFTA, una antesala de los Oscar. La alfombra roja de este elegante edificio se tiñó de negro para denunciar, como ya se hizo en los Globos de Oro, el acoso sexual que se cierne desde hace años sobre el sector.

Aunque el dress code limita las posibilidades, algunos invitados supieron sacar partido al look total black. Mientras todos esperaban lo contrario, la duquesa de Cambridge, Kate Midleton, no se adhirió al llamamiento de lucir de negro en apoyo a la campaña; se sabe que por protocolo, los miembros de la familia real británica no pueden pronunciarse sobre cuestiones políticas y apoyar movimientos reivindicativos.