Una nueva producción cinematográfica de enorme envergadura nos devuelve a sus adictivos relatos psicológicos y rompecabezas del crimen moderno: Asesinato en el Orient Express está en cartelera en los cines para deleite de sus fans y como excusa de presentación a una nueva generación.

Por: Jazmín Gómez Fleitas
Fotos: Gentileza Life Films
Agatha Christie (1890-1976) es la novelista más leída de todos los tiempos -dato incluido en el Libro Guinness de los récords- y traducida a más de 100 idiomas. No en vano es considerada la Reina del Crimen: cuenta con 66 novelas criminales y 150 cuentos publicados desde 1920 hasta 1976.

Si con Edgar Allan Poe nacían las historias de detectives -gracias a los relatos protagonizados por su personaje Auguste Dupin- y con Arthur Conan Doyle se consolidaba el género -con el mítico Sherlock Holmes-, con Agatha Christie finalmente se daba la bienvenida a la era de los modernos misterios de asesinatos.

Nadie está ajeno a sus escenarios, sea que la haya leído o no. Un grupo de personas reunidas en un recinto a las que, de repente las sorprende el hecho de descubrir un cuerpo. En ese instante, todos son sospechosos y aparece un detective que los interrogará y usará sus "células grises" para develar al motivo y al asesino. ¿Les suena al juego de mesa ¿Quién es el asesino? ¿Les resultan similares las características tan replicadas en películas y novelas policíacas?

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La narración de Agatha, tantas veces tildada como cozy crime novels o novelas acogedoras de misterio, no puede estar más alejada de esta denominación. Las tramas de sus historias no se limitan a simplemente identificar quién hizo qué, sino que tienen una profundidad psicológica que siempre se encuentra hurgando en los límites de la justicia, de la condición humana acerca de los motivos por los cuales existen el asesinado o el asesino. Y eso sin omitir las increíbles locaciones para sus aventuras, todas recorridas por ella misma.

La chispa escritora
Empezó a leer a los cinco años, a pesar de que su madre quería que recién lo hiciera a los ocho, y su primer contacto con la escritura fue a través de los poemas que redactó a temprana edad. Su educación fue una combinación de estudio en la casa y en instituciones educativas de París, donde cantó opera y aprendió a tocar el piano. Para los 18 años ya escribía historias cortas, algunas de las cuales fueron publicadas en una forma mucho más revisada en la década de los 1930.

Su historia es sumamente interesante y permea a lo largo de todas sus historias. Agatha viajó desde muy joven y a lo largo de toda su vida. En 1910, cuando su madre descubrió que estaba enferma, le pidió a Agatha que la acompañase a El Cairo. Allí se alojaron unos tres meses en el Gerizah Place Hotel y aunque visitó los monumentos antiguos egipcios, no se interesaría en la arqueología hasta unos años más tarde, cuando sería un aspecto importante en su obra.

Agatha Miller -su nombre de soltera- se casó con Archibal Christie en 1914. Con el estallido de la guerra, su esposo fue a servir a Francia y ella se ofreció como voluntaria de enfermería en el Hospital de la Cruz Roja de Torquay, Inglaterra (su pueblo natal ubicado al sur). Estuvo trabajando allí hasta 1918 y ese conocimiento adquirido en el uso de venenos, le sirvió como inspiración para su primera obra El misterioso caso de Styles, la novela debut del detective Hercule Poirot, publicada en 1920.

En realidad, su hermana mayor Madge fue quien la retó a que escribiera una historia de detectives, ya que Agatha leyó a Wilkie Collins y a Arthur Conan Doyle. Y como había refugiados belgas de la Primera Guerra Mundial en la mayoría de la campiña inglesa, incluyendo su pueblo natal, pensó que un ex-policía belga sería un buen detective para su primera novela.

No fue sino hasta el nacimiento de su hija Rosalind, en 1919, y luego de seis rechazos de editoriales que el editor John Lane aceptó la novela y que además la contrató para escribir cinco libros más. Después de la guerra, ella siguió escribiendo y viajando, incluida una gira por el Imperio Británico en 1922, durante la cual se convirtió en la primera mujer británica en surfear en Sudáfrica y Hawai.

Ya habiendo publicado El asesinato de Roger Ackroyd, la novela que la lanzó a la fama, vivió uno de los más grandes misterios acerca de su vida. En diciembre de 1926, luego de que su madre falleciera, su tristeza empeoró al enterarse de que su marido se había enamorado de una joven e ido a pasar el fin de semana con ella.

Agatha desapareció durante 11 días sin que nadie supiera de su paradero, dejando como única pista su vehículo abandonado a poca distancia de su casa. La policía encontró su abrigo de piel dentro y hasta Arthur Conan Doyle intentó ayudar en la investigación. Pasados los días, un camarero del hotel la reconoció en Harrogate Spa Hotel gracias a las fotos en los diarios. Ella se había registrado con el nombre de Teresa Neale (Neale era el apellido de la amante de su esposo). Nunca habló de ello, tampoco su familia.

El matrimonio se divorció en 1928, pero Agatha siguió usando el apellido con el cual se hizo famosa como escritora. Además, se lanzó a una ambición largamente atesorada: viajar en el tren El Expreso de Oriente. En 1930, durante un viaje de excavaciones en Ur, conoció al arqueólogo Max Mallowan, catorce años menor que ella. Se casaron y durante casi 30 años lo acompañó a sus expediciones arqueológicas anuales.

En el libro Ven y dime cómo vives, la escritora relata sus aventuras recorriendo todo el Oriente Medio en compañía de su marido, en respuesta a las innumerables preguntas que recibía acerca de cómo vivían a la vera de las excavaciones. También dio vida a otros personajes como Tommy y Tuppence Beresford, y Miss Marple, que casi alcanza en fama a Poirot.

En 1971 fue nombrada Dama del Imperio Británico y su última aparición en público fue en 1974, en la noche del estreno de la versión cinematográfica de Asesinato en el Orient Express que contaba con la actuación de Albert Finney (como Hercule Poirot) y en el reparto a Ingrid Bergman y Lauren Bacall. Ella expresó que "fue una buena adaptación con el pequeño detalle de que los bigotes de Poirot no eran lo suficientemente suntuosos".

De vuelta en el Expreso de Oriente
"La mejor receta para la novela policíaca es que el detective no debe saber nunca más que el lector". Esta era la consigna bajo la cual Agatha Christie concebía sus historias, tal como el detective Hercule Poirot se regía por el método: "Siempre hay un método detrás" destaca a lo largo de sus aventuras, como pieza fundamental para resolver el misterio. Y es que, si algo nos apasiona de sus casos, es ver cómo fallamos en descifrar el método hasta que Hercule nos lo describe paso a paso al final.

Después de 80 años de la primera publicación del libro y más de 40 de la adaptación cinematográfica hollywoodense -ya que hubo un adaptación para televisión en el 2011- está en cartelera en cines del país la más nueva adaptación de una de las historias más ingeniosas jamás concebidas, una que mantiene en vilo al espectador y especulando hasta el final con quién será el culpable.

El detective Hercule Poirot se sube a bordo del tren el Expreso de Oriente, viniendo de Estambul. Ya de camino, el tren para en algún lugar remoto de la antigua Yugoslavia, debido a una fuerte tormenta de nieve que obstaculiza la línea férrea. Ahí, Poirot se entera de que en el compartimiento vecino fue asesinado Samuel Ratchett, mientras dormía.

Sin sospecharse ningún motivo aparente para el hecho, Poirot se encuentra con uno de los casos más desconcertantes de su carrera. Ahora, todos los pasajeros son sospechosos y deberá indagar en cada uno de ellos para desentrañar al culpable y evitar que aparezca una próxima víctima.

Kenneth Bragan es quien, además de ser el director, da vida al legendario Hercule Poirot. Bragan es uno de los primeros actores en recibir cinco nominaciones de la Academia en cinco categorías distintas: actor, actor secundario, director, guión y cortometraje. "Agatha Christie es experta en darle profundidad (con economía) a la percepción de personajes, al hacerlos distintos y originales, pero también creíbles. Me parece que ella disfruta el resplandor literario que ello trae consigo, pero en el Expreso de Oriente también tienes glamour. Tienes nieve. Tienes elegancia y la época dorada del romance al momento de viajar. Y, desde luego, tienes un asesinato", expresa.

El guionista que adapta la historia es Michael Green, quien no sólo tiene en su haber el guión de Logan o Blade Runner 2049, sino que además es un gran fanático de Agatha. "Son historias increíbles con personajes que quieres ver cada vez más y más. Y si eres lo suficientemente afortunado de leer un libro o ver una obra de Agatha Christie a la edad correcta, va a permanecer en ti y seguirá siendo encantadora en tus recuerdos", asegura.

Para dar vida a esta historia no se pudo filmar dentro del verdadero Expreso de Oriente -que está en funcionamiento- debido a lo angosta de sus paredes para contener y dar movimiento a un cámara de 65mm. Sobre la elección de ese formato celuloide frente a grabar en digital, el director explica: "Se ve más nítido, vasto y colorido. Sientes como si formaras parte de lo que estas viendo y quería subir a la audiencia al tren".

"Tomamos un viaje en el Expreso de Oriente real y de inmediato se volvió obvio que las restricciones eran enormes. Una cámara grande con rieles para el dolly no iba a funcionar en un tren verdadero. Así que tomamos la decisión de construirlo, y, de hecho, lo hicimos dos veces. Primero, construimos los vagones completos y la locomotora, tanto interiores como exteriores, con capacidad absoluta de movimiento sobre los raíles de tren. Después construimos lo mismo otra vez, aunque sólo los interiores y las paredes, que podían removerse y dar todavía más oportunidad al momento de filmar", comenta Jim Clay, a cargo del diseño de producción.

Todo lo que se ve en el tren es real. No usaron croma (pantallas verdes), porque querían que esa manera opulenta de viajar y vivir se sienta verdadera para el espectador. "Los interiores actuales del Expreso de Oriente son de estilo Art Nouveau, pero necesitábamos una apariencia menos cargada, para que no nos distrajera de la acción. Adoptamos un enfoque más minimalista y, en cuanto a los paneles de madera y el decorado, apostamos por un estilo más Art Deco, para poder generar fondos limpios para el reparto que también tienen unos vestuarios alucinantes", detalla Clay.

Y así como esta mega producción no escatimó en recursos para recrear todo el escenario, tampoco lo hizo con el reparto. En el papel del asesinado Samuel Ratchett está Johnny Depp, un gángster que va en el tren con su secretaria y su mayordomo, y tiene dinero pero no la conciencia tranquila. "Desde que es presentado en la historia se puede ver su sensación de paranoia y urgencia por hacerse amigo de Poirot y protegerse", señala Depp.

Su asistente, Hector MacQueen, es interpretado por Josh Gad (voz de Olaf en Frozen y el secuaz de Gastón en el live action de La Bella y la Bestia) y entre los demás pasajeros sospechosos están: la viuda Caroline Hubbard (Michelle Pfeiffer), la misionera Pilar Estravados (Penélope Cruz), el profesor Gerhard Harman (Willem Dafoe), la princesa Dragomiroff (Judi Dench), la institutriz Mary Debenham (Daisy Ridley), entre otros. Un reparto que brilla por sus galardones. ¿Será posible que descubras al culpable antes de que Poirot lo haga?

Más de Agatha Christie
Si aun no leíste nada de esta brillante escritora, podés empezar por Asesinato en el Orient Express, Los diez negritos, El cadáver en la biblioteca o Asesinato en Mesopotamia. La entretenida manera en la que describe a los personajes nos da lo justo para engancharnos con ellos y creer que los conocemos, sin embargo, aún ocultan algo que marcará una gran diferencia en la resolución del caso. Para conocer más de su universo literario ingresa a la página oficial: http://www.agathachristie.com/.

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