Brasilia, Brasil. AFP.

El gobierno brasileño indicó este martes que el modelo de pri­vatización de Eletrobras aún no fue definido y que excluirá inicialmente a las termonu­cleares y a la central hidroe­léctrica de Itaipú, aunque el anuncio formulado la víspera provocó euforia en los merca­dos.

El proceso, que según esti­maciones podría reportar al necesitado Estado brasileño unos 20.000 millones de rea­les (6.300 millones de dóla­res) se empezará a discutir en detalle el miércoles, señaló el ministro de Minas y Energía, Fernando Coelho Filho, en una rueda de prensa en Brasi­lia. "Vamos a someter mañana al Programa de Asociación de Inversiones (PPI) la desestati­zación de Eletrobras", afirmó.

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Pese a que el proceso difícil­mente podrá concluir durante el mandato del presidente Michel Temer, a fines del 2018, los inversores lo recibieron con euforia. El índice Bovespa de la Bolsa de San Pablo cerró ayer superando los 70.000 puntos por primera vez desde enero del 2011, impulsado por las espectaculares alzas de Ele­trobras un día después que el Ejecutivo brasileño anunciara su intención de privatizarla.

Las acciones ordinarias de la estatal se dispararon 48,87%, seguidas de las preferencia­les que avanzaron 32,59%, en las dos mayores alzas del Ibo­vespa, que cerró a 70.011 pun­tos (+2,01%). La valorización de las acciones de Eletrobras aumentó en 9.000 millones de reales (unos US$ 2.800 millo­nes al cambio actual) el valor de mercado de la estatal y movió más de 200 millones de reales, dijo el diario económico Valor.

Según un comunicado del Ministerio de Minas y Energía (MME) publicado el lunes por la noche, la pri­vatización "traerá más com­petitividad y agilidad a la empresa para gestionar sus operaciones, sin las ataduras impuestas a las estatales". "Hay una percepción en el gobierno de que [la empresa] no tiene la velocidad necesa­ria ni los recursos suficientes para poder hacer frente a los pasivos que se generan", sub­rayó el martes Coelho Filho.

El gobierno podría optar por vender el control total de Eletrobras o abrir su capi­tal para pulverizar la par­ticipación accionaria del Estado, pero conservará el derecho a vetar decisio­nes contrarias a sus intere­ses mediante una "golden share", según explicó la ase­soría del ministerio a la AFP.

En simultáneo, la desesta­tización incluiría una pro­puesta para cambiar el modelo tarifario que rige sobre muchas usinas del enorme parque de generación de energía de Brasil, equipa­rable a un subsidio.

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