DORIE CLARK

En un mundo de ajustadas fechas límite, no es una sorpresa que parte de su estrés pueda filtrarse y afectar a sus colegas. Sin embargo, se arriesga a perpetuar un círculo vicioso, donde usted y sus compañeros reflejan y magnifican el frenesí del otro.

Usted no puede controlar el comportamiento de los demás, pero puede tomar el mando del suyo, hay formas obvias de reducir el estrés que ocasiona en los otros, como el abstenerse de gritar o hacer comentarios sarcásticos. Sin embargo, para verdaderamente detener la patología de la oficina, necesita ir más a fondo. He aquí tres útiles pero poderosas estrategias, para asegurarse de que no está sometiendo a sus colegas a estrés y frustración innecesaria.

Primero, deje de ser difuso. Si alguien no conoce todo el contexto de una situación, los mensajes vagos suelen leerse como un test de Rorschach, con los miedos e interpretaciones apilados. Si usted le envía un correo nocturno a un compañero diciendo “necesitamos hablar”, sin mayor explicación, eso puede detonar una cascada de poca utilidad: “¿Hay un problema? ¿Qué hice?”.

Cualquiera que sea la razón para ser difuso, provoca un inexcusable costo psíquico. Si quiere ser un mejor colega, deje de hacerlo.

Segundo, triaje (priorice de acuerdo a la urgencia) sus respuestas. Todos sabemos que el correo electrónico puede ser abrumador, el profesionista promedio envía y recibe 122 mensajes diarios, de acuerdo con un estudio. Para avanzar en los proyectos importantes, suelo pasar días sin responder correos. Usualmente, esto no es un problema; la mayoría de las cartas son informativas y no urgentes. Sin embargo, hay una clara excepción: mensajes que contienen solicitudes específicas y urgentes.

Cuando retrasa la respuesta a estos mensajes específicos y dirigidos, está siendo obstruccionista, lo que crea efectos negativos a lo largo de la organización. Incluso si usted se ha desconectado de correo electrónico por días o semanas, para lograr una misión prioritaria, pase al menos 15 minutos al día etiquetando los mensajes más importantes y urgentes que ha recibido, de forma que pueda responderlos apropiadamente. Esto lo define como un jugador de equipo y le facilita la vida a todos, incluyendo a usted.

Finalmente, deje de observar mientras la olla hierve. Del mismo modo en que es dañino descuidar la comunicación, como en el caso anterior, y dejar que sus colegas languidezcan sin su necesario aporte, también lo es monitorearlos incesantemente. Podría provenir de un impulso laudable, pero hará que sus colegas se sientan perseguidos, desconfiados y microgerenciados. Reconozca que los profesionales responsables prosperan cuando se les brinda autonomía, y trabaje con ellos para establecer un calendario y acordar las mediciones de progreso.

Es inevitable compartir algo de estrés en un lugar de trabajo de alto ritmo. Sin embargo, para crear un mejor entorno laboral, necesitamos dar pasos para contener este contagio tanto como sea posible. Al imitar los mensajes vagos, responder oportunamente a solicitudes específicas y darles a sus colegas un poco más de espacio, usted puede hacer su parte para detener el contagio del estrés laboral, porque cada uno ya tenemos suficiente con el nuestro.

(Dorie Clark es una estratega de mercadotecnia y conferencista profesional que enseña en la Fuqua School of Business de Duke University).

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