• POR ÓSCAR GÓMEZ

El que no arriesga no gana. Una frase bas­tante trillada y utili­zada, pero que no deja de ser real. Y muchas veces si arries­gas tarde, es muy probable que tampoco ganes.

Fue lo que le pasó anoche a Guaraní. Saja se dio cuenta que estaba quedando fuera de la Copa cuando faltaban diez minutos para el final del partido y ante un equipo que casi siempre mantuvo un orden defensivo, lo que siempre conlleva tiempo quebrar.

Y con arriesgar no me refiero a meter todos los delanteros que puedas y sacar todos los defensores que puedas. Me refiero a cambiar la mentali­dad y mostrar que vas en busca de un resultado.

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Adelantar las líneas, generar y atacar los espacios, tener rebeldía, características todas que Guaraní tuvo ano­che recién a partir del minuto 80 del partido.

Y ese era el Guaraní que todos queríamos ver y que el juego necesitaba. Es cierto que es imposible ver un equipo que mantenga esa intensidad durante un partido entero, pero unos 30 minutos más hubiese alcanzado.

Hay que destacar lo de Junior también, lógicamente. Ayer mostró una faceta defensiva mucho mejor a la que había expuesto ante Olimpia en la llave anterior, además de su acostumbrado buen juego con movimientos mecanizados y balón al ras del piso.

Guaraní se perdió un impor­tante ingreso económico, ade­más de la oportunidad de con­solidar su equipo con el roce ante grandes de Sudamérica como Boca y Palmeiras.

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