Por Christian Pérez

Tras dieciocho temporadas en Primera, más de quinientos partidos en el fútbol paraguayo, doce títulos conquistados y 37 años bien cumplidos, Sergio Aquino sigue siendo un indiscutible en el club más ganador de los últimos tiempos.

Con el campeonato número 12 conquistado el sábado, el formoseño ratificó que es el amo y señor del fútbol guaraní. Ya dejó atrás hace rato a Éver Almeida (10 títulos locales) y su profesionalismo no tiene límites, ya que confesó que su ambición y deseos de jugar se mantienen intactos. "Tengo muchas fuerzas y motivación", aseguró.

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El multicampeón recibió a La Nación en su casa y habló de todo. De lo que pasaron para llegar al título 20, de la gran camada juvenil que viene asomando y su evolución como futbolista desde su debut en 1999 hasta hoy.

-¿Cuántos títulos más pensás ganar?

-Hasta ahora tengo mucha fuerza para seguir. Espero continuar hasta que alguien diga basta. El cuerpo me responde muy bien y quiero ayudar todavía a los chicos.

-¿Hubo momentos complicados antes de llegar a esta consagración?

-Siempre hay momentos malos, pero la gente solo ve la parte buena. Después de la eliminación en la copa perdimos dos partidos claves, se dijeron muchísimas cosas, que íbamos a caer, que esto que aquello, pero ya vez, somos campeones.

-Llegaste a suplentear en un momento ¿cómo tomaste eso?

-Después de volver de la expulsión, Jubero me dijo que me iba tener como suplente y lo acepté, sin problemas. Soy uno más e igual a todos. Yo quiero que mis compañeros me respeten por lo que soy y aporto día a día, no por lo que gané.

-¿Cuesta competir con los jóvenes de ahora?

-Cuesta mucho. Hay jugadores con gran potencial. Les digo siempre a todos los que suben a Primera que esto no termina acá; deben soñar y querer más, así como yo quiero más. Estoy muy feliz por ellos. Ayer estaban de pasapelotas y hoy están en el póster de campeón.

Como más experimentado, estoy constantemente hablándoles para que bajen los pies sobre la tierra. Se distraen mucho con el tema de las redes.

-¿Cómo se mantiene la motivación a estas alturas de tu carrera?

-Es el deporte que amo desde chiquito, nunca hay que perder las raíces, la humildad y las ganas de sobresalir. Yo tengo a mi mamá con una discapacidad (perdió una pierna), es un ejemplo de vida, una luchadora. Sus ganas, su felicidad, son ejemplos y motivaciones para mí y mi familia.

-¿Dimensionás todo lo que conquistaste?

-No, no me doy cuenta sinceramente. Yo no llevo ni las estadísticas, pero estoy feliz con la carrera que hice. Mi familia está orgullosa y eso me pone bien a mí. Quizás más adelante me detenga a pensar en qué gané y qué no.

-Los jugadores nuevos siempre ponen como excusa "no encajo en el esquema", cuando deja de jugar, ¿por qué Aquino siempre se adapta a todo técnico, estilo y dibujo táctico?

-Uno debe adecuarse a todo. Vos tenés que adaptarte dentro y fuera de la cancha a lo que quiere el DT. Tus ganas de progresar deben estar por encima de todo y obviamente tu disciplina. Le digo siempre a los chicos: legar es fácil, mantenerse es lo más complicado y deben luchar por eso.

-¿Qué mejoraste a lo largo de los años y qué virtudes fuiste perdiendo?

-Uno siempre aprende de todo. Yo lo sigo haciendo. Con la experiencia aprendés a correr mejor y ser más tiempista para los relevos. A lo mejor ya no corro como antes. El GPS que usamos marca que hago entre 9 y 10 kilómetros por partido, tampoco es muy malo.

¿-Cuál creés que fue el mejor plantel que te tocó compartir en Libertad?

-Creo que el del 2006, cuando recién había llegado. Perdimos la semifinal de la Libertadores con el Inter de Porto Alegre. Era un equipo lleno de figuras.

-Por último, ¿tu secreto para seguir vigente?

-No hay secretos raros. Cuidado, alimentación y disciplina.

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