Toshiba Corporation, el conglomerado japonés que enfrenta problemas económicos, de nueva cuenta intentará vender su negocio de microchips, con un valor inmenso, a un grupo de compradores de Estados Unidos y Japón.
También serán bienvenidas otras ofertas mejores.
El 13 de setiembre, Toshiba señaló que había aceptado negociar con un grupo que encabeza Bain Capital, la firma estadounidense de inversiones, el cual también incluye a dos organizaciones que controla el gobierno japonés. Buscarán llegar a un acuerdo por el negocio de chips que tiene Toshiba, el segundo fabricante más grande del mundo de chips de memoria flash, los cuales se utilizan para almacenar información en millones de teléfonos inteligentes y otros dispositivos digitales.
Se anticipa que el acuerdo, al que Toshiba espera que llegar este mes, valore el negocio de los chips en más de 20.000 millones de dólares: un revulsivo potencial para una empresa que ha tenido problemas después de una apuesta desastrosa en el ramo de la construcción de plantas nucleares.
Sin embargo, Toshiba afirmó que las negociaciones no serían exclusivas. Por lo tanto, habría oportunidades para nuevas ofertas de Western Digital, otro comprador potencial de Estados Unidos, y Foxconn, un fabricante de aparatos electrónicos con sede en Taiwán, el cual tiene una gran cantidad de operaciones en China continental.
Toshiba tiene prisa por apuntalar sus finanzas. Aunque alguna vez fue símbolo de la destreza técnica y el ascenso de Japón en la posguerra, este año Toshiba mencionó que tendría problemas para mantenerse en el negocio por las pérdidas que tuvo con su negocio de plantas nucleares en Estados Unidos, al cual golpearon los sobrecostos, y en marzo solicitó la protección de la corte de bancarrotas.
Los bancos de Toshiba están manteniendo la empresa a flote pero, si esta no garantiza una infusión significativa de nuevo capital para marzo, podría ser expulsada del Mercado de Valores de Tokio. En esencia, lo anterior la alejaría de una gran parte de los inversionistas públicos.