Mientras el interés en los autos voladores sigue creciendo, una de las empresas nuevas más prominentes en el desarrollo de esta tecnología ha obtenido un financiador nuevo y grande.

El 5 de setiembre, Lilium Aviation –empresa alemana que este año tuvo éxito en la prueba de vuelo del Eagle, su jet eléctrico para dos pasajeros, en su base de Munich– anunció que había obtenido 90 millones de dólares en una nueva ronda de financiamiento.

Tencent Holdings, el gigante chino del internet, encabezó la inversión. Entre los otros inversionistas de la ronda estaban LGT, el vehículo inversor de la familia real de Liechtenstein; Atómico, la firma de capital de riesgo que dirige uno de los fundadores de Skype, Niklas Zennstrom; y Obvious Ventures, la firma de inversiones que cofundó Evan Williams, el también cofundador de Twitter. Zennstrom ya había invertido en la compañía.

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Lilium es una de las muchas empresas que buscan llevarnos a la era de los autos voladores al estilo de los Supersónicos, entre las que se encuentran las que financia el cofundador de Google, Larry Page: Uber y Airbus. Sin embargo, la empresa tiene dos años e intenta destacar concentrándose en un jet eléctrico, a diferencia de otros modelos que en realidad funcionan más como un aerodeslizador.

El diseño que crearon los fundadores de Lilium, cuatro graduados de la Universidad Técnica de Munich, tiene como objetivo manejar la energía de forma más eficiente que sus modelos competidores. Del mismo modo que lo demostró en abril con su Eagle, el vehículo de Lilium está diseñado para despegar y aterrizar de forma vertical, como un helicóptero.

Lilium también está trabajando en una versión más grande de cinco asientos de lo que llama "taxi aéreo", el cual podría transportar pasajeros o cargamento hasta 300 kilómetros y alcanzar una velocidad máxima de 300 kilómetros por hora.

"Tenemos ciudades muy congestionadas donde podemos ayudar a mejorar los problemas", señaló Remo Gerber, director comercial general de Lilium. Gerber y sus colegas conciben una flotilla de taxis aéreos que pasen volando por las ciudades abarrotadas de gente; por supuesto, una vez que los vehículos hayan sido creados y aprobados por diversos reguladores.

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