LONDRES.
Casi nueve años después del rescate del gobierno durante la crisis financiera, el Grupo Bancario Lloyds es de nuevo totalmente privado.
Lloyds –una de las cuatro instituciones crediticias más grandes de la Gran Bretaña– anunció el 17 de mayo que había vuelto a ser de propiedad privada después de que el gobierno británico vendió la participación que tenía.
Esta venta es un gran hito histórico para Lloyds y ocurrió cinco meses después de que la institución hiciera una fuerte apuesta en favor de la economía británica, cuando aceptó comprar el negocio de tarjeta de crédito de Bank of America en Gran Bretaña por unos 2.400 millones de dólares.
El gobierno británico poseía 43 por ciento de Lloyds después de haberle inyectado 20.300 millones de libras (unos 26.200 millones de dólares al tipo de cambio actual). Considerando 400 millones de libras en dividendos, las arcas del erario recuperaron 21.200 millones de libras, precisó el banco.
El gobierno británico confirmó el 17 de mayo que ya no era accionista en el banco.
Si bien ha mejorado la salud financiera del banco, Lloyds todavía se enfrenta a varios obstáculos derivados de su conducta anterior.
Lloyds fue uno de los principales proveedores del llamado seguro de protección de pagos, un polémico producto que le ha costado miles de millones de libras a la industria bancaria por indemnizaciones a los clientes.
Lloyds también ha estado bajo presión en meses recientes por un escándalo de soborno surgido en una división del grupo bancario HBOS en Reading, Inglaterra, que se dedicaba a ayudar a negocios pequeños en problemas. Seis personas, entre ellas dos ex empleados de HBOS, han sido encarceladas por este asunto.
Otra cuestión que está pendiente para Lloyds es el efecto que tendrá la decisión de Gran Bretaña de abandonar la Unión Europea, tomada el año pasado.
Funcionarios de Lloyds han declarado que no esperan que eso tenga un impacto en los negocios del banco, pero subsisten inquietudes por los efectos que pueda tener abandonar el bloque de 28 países, especialmente si eso causa un freno económico en Gran Bretaña. Sin embargo, la economía británica ha sido más resistente de lo que muchos esperaban después del referendo de junio del año pasado.