Landon Thomas Jr.
WASHINGTON.
El Fondo Monetario Internacional mejoró su perspectiva de crecimiento global, señalando el repunte de la confianza en Estados Unidos después de las elecciones, las buenas expectativas en los grandes mercados emergentes y el aumento del comercio global.
Esta previsión color de rosa representa un cambio de opinión del fondo, que en años recientes había estado definitivamente pesimista respecto de la capacidad de la economía global de registrar un crecimiento sostenido.
Al dar a conocer la edición de primavera de la Perspectiva Económica Mundial de FMI, un amplio reporte sobre la economía mundial que se actualiza varias veces al año, los economistas del organismo mundial aprovecharon la oportunidad, el 18 de abril, para pronunciarse en contra de las tendencias proteccionistas de las economías desarrolladas. El fondo prevé un índice de crecimiento de 3,5% para el 2017, por encima del 3,1% del 2016.
Siendo el defensor más ardiente de las políticas tradicionales de libre comercio, en lo que va del año el FMI ha estado defendiendo el argumento de que para la salud de la economía mundial es vital que el comercio esté libre de barreras proteccionistas como aranceles e impuestos.
En un discurso de hace dos semanas, Christine Lagarde, directora del FMI, puso en guardia contra la "espada del proteccionismo" que, advirtió, amenaza con obstaculizar la capacidad de expansión de la economía mundial.
Lagarde no mencionó al presidente Donald Trump ni su promesa de poner los intereses de Estados Unidos en primer lugar cuando se trate de firmas acuerdos comerciales con sus socios, como China y México.
Pero en sus estudios, discursos y pláticas en privado, el FMI no ha hecho nada por ocultar su miedo de que la retórica de Trump en contra del comercio haga fracasar la recuperación económica global.
"Una de las amenazas más visibles es el proteccionismo, que lleva a las guerras comerciales", señaló Maurice Obstfeld, jefe de economistas del fondo, en una conferencia de prensa ofrecida el 18 de abril.
A pesar de estas preocupaciones, hay numerosos indicadores que muestran que el comercio global se está recuperando, como el crecimiento de las exportaciones en Asia y el aumento de la demanda por buques de contenedores.
Después de crecer 2,2% el año pasado, el volumen del comercio global crecerá 3,8% este año y 3,9% en el 2018, prevé el FMI.
El índice de crecimiento de la economía de Estados Unidos se prevé que aumente a 2,3% en el 2017 y 2,5 en el 2018, después de haber sido de 1,6% en el 2016.
Se prevé que las naciones en desarrollo se expandan a 4,5% este año y a 4,8% en el 2018, lo que representa una marcada mejora con respecto del crecimiento de 4.1% en el 2016.
"Ha habido un flujo continuo de datos positivos que hemos visto desde mediados del 2016", precisó Obstfeld. "Esta recuperación en la manufactura, la producción industrial y el comercio está impulsando nuestra confianza de que este y el próximo año serán sustancialmente mejores que el 2016".
En su análisis, el fondo menciona la recuperación del precio de las mercancías, así como el aumento en el gasto en inversión como razones de que haya mejorado la perspectiva en el mundo emergente.
Buena parte de esta demanda ha sido impulsada por China, que el 17 de abril anunció que su economía había crecido 6,9% en el primer trimestre, su crecimiento trimestral más alto en dos años.
Los economistas explican que el principal factor que impulsó ese aumento de actividad es el incremento de la inversión en el sector privado y en el público. Los datos recientes que muestran el aumento de las importaciones chinas en 20% ponen de relieve ese auge en las inversiones.
En su reporte, el FMI prevé que la economía china crezca un poco más lentamente en el 2017, un 6,6%, por debajo del 6,7% que registró en el 2016.
A pesar del reciente acelerón del crecimiento, muchos economistas creen que no es sustentable un ritmo de cerca del 7%, y agregan que las señales recientes del freno en el crédito son prueba de que la economía china perderá impulso en los próximos trimestres.
El fondo también toma nota de los riesgos de que China dependa demasiado del crédito para impulsar su crecimiento, en especial en el financiamiento de sombra, que es difícil de detectar.
"El crecimiento ha dependido de un crecimiento del crédito interno tan rápido que podría causar problemas de estabilidad financiera más adelante", señaló Obstfeld. "Esos problemas, a su vez, podrían desbordarse hacia otros países".