• POR EMMA PAOLI
  • Dra. en Ciencias de la Educación

Para que nuestros jóvenes pue­dan seguir forjando sus sueños, cumpliendo sus ideales y logren sus metas, es fundamental que existan variados centros educa­tivos donde se ordenen y gene­ren conocimientos en función a un área o una profesión. Este aspecto lo hemos señalado en anteriores artículos. Sobre esta misma línea se puede agregar que además de estas oportuni­dades, las instituciones deben forjar un aspecto sumamente importante para el proceso educativo que también es fun­damental para el crecimiento personal: la creatividad.

Hemos sostenido que, si la juventud no encuentra espa­cios a los que puedan acceder con facilidad, adquirir conoci­mientos y a la vez profesiona­lizarse, probablemente emer­gerá una generación de jóvenes sin esperanzas, sin futuro.

Si a este esfuerzo de ofrecerles espacios de capacitación, desde los estamentos de educación ponemos empeño también en programas para instarlos a la creatividad, la innovación, a través de diferentes mecanis­mos como concursos donde puedan demostrar sus habi­lidades, estaremos formando estudiantes con una visión diferente.

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La sociedad para­guaya debe estar esperanzada en la juventud paraguaya; debe creer en lo que puede hacer y crear. Existe una suerte de nuevo pensamiento, que debe ser fomentado con acciones emprendedoras en las institu­ciones educativas en todos los niveles. En el ámbito de la uni­versidad, por ejemplo, se pue­den emprender proyectos en los que los estudiantes demues­tren lo que han aprendido en clases, llevando a la práctica esos conocimientos. Este tipo de emprendimientos se con­vierten en motores de creati­vidad e innovación.

Hay que brindarles confianza. Hay que darles espacios donde se ejerciten y conozcan por sí mismos cuáles son sus fortale­zas, sus debilidades. Rememo­ramos lo que ya apuntamos en una reflexión anterior. Existe una urgente necesidad de incluir en los métodos de enseñan­za-aprendizaje el modelo teó­rico-práctico, bajado del currí­culo a las aulas y fuera de ellas.

Es decir, a más de brindar la teoría, el enfoque de la perspectiva de las competencias, es imperiosa una permanente práctica como requisito obligatorio de aprendi­zaje. Debemos promover la crea­tividad como aspecto inspirador de los jóvenes. Así, los estudian­tes, a más de recibir la teoría, estarán empapados de prácticas para tener una acabada noción de su disciplina y serán capaces de insertarse al mundo laboral con el conocimiento adecuado que les convierta en excelentes profesionales.

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