• Por Dany Fleitas
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Llegó la hora de la decisión. Están habilitados para acudir mañana a las urnas cerca de 3.700.000 electores, que representan más del 80% de inscriptos en el Registro Cívico Permanente. Un total de 46 organizaciones políticas, entre partidos, movimientos y concertaciones, son las que participarán de las elecciones internas simultáneas por primera vez en la historia del país, en las que se dirimirán las candidaturas oficiales de cara a las elecciones nacionales del 2018. Solamente dos partidos tradicionales suman más de 3.671.000 afiliados, lo que representa a su vez el 86% de todas las personas habilitadas a votar. El 14% restante está en grupos minoritarios o no está afiliado. Este cálculo está hecho sobre la base del padrón general, que posee 4.260.816 electores. La Asociación Nacional Republicana (ANR) o Partido Colorado, presentó un padrón con 2.309.098 afiliados, y el Partido Liberal Radical Auténtica (PLRA), uno con 1.362.604 afiliados, que tendrán además locales de votación en el exterior del país (ANR en Argentina, Estados Unidos y España, mientras que el PLRA tendrá en los mismos países más el Brasil).

Si bien todas las organizaciones políticas (partidos, movimientos y concertaciones) son importantes porque forman parte del proceso de construcción de la democracia, nadie duda de que la concentración mediática y ciudadana estará en los resultados electorales de los partidos Colorado y el PLRA. Sin ánimo de discriminar ni subestimar a los liberales y posibles aliados en el 2018, resulta evidente que la disputa colorada es la más llamativa de las "batallas" de este domingo, ya que de allí -como es vox populi- surgiría el próximo Presidente de la República. Esto, atendiendo a que los liberales y opositores se encuentran bastante fragmentados y que los seguidores del partido fundado por Bernardino Caballero se las arreglan siempre para aggiornarse en torno a la Lista 1 de cara al siguiente gran desafío final.

En carpas coloradas están echadas las cartas. Santiago Peña, de la Lista 2, y Mario Abdo Benítez, de la Lista 3, se enfrentan mañana en unas internas muy particulares, en que se divisan claramente dos modelos de gestión política, económica y social. El oficialista Peña es la cara nueva del Partido Colorado, el joven que representa a la mayoría del país, el que ofrece un nuevo estilo de gestión económica y social y quien continuará con el modelo económico iniciado por el actual gobierno. En tanto que Abdo Benítez, joven todavía pero ya 10 años mayor que su principal oponente, es el clásico dirigente colorado que apunta a reivindicar el estilo seccionalero de administrar las instituciones públicas, con reparto de cargos por doquier y adjudicaciones a tituplén para los amigotes.

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Ese viejo esquema de manejo de la política criolla, a la usanza de la era estronista, que "sueñan" con recomponer Marito y sus seguidores, es lo que en gran medida se cortó en 2013, algo que molestó en algunos círculos de "alto voltaje" y que por eso se fueron "abriendo" de a poco para ir a parar en carpas del líder de Colorado Añetete, indignados porque perdieron sus privilegios de antaño. Esos ahorros, obtenidos principalmente en las binacionales, que eran el principal botín de gobiernos anteriores, permiten hoy destinar esos recursos a rubros como la educación (más becas para jóvenes) y otros programas sociales para la gente.

Es cierto, Peña es la continuación de planes y programas de un gobierno que apostó de lleno al desarrollo de la infraestructura vial y de viviendas, a un sistema de oportunidad de miles de becas para los jóvenes de la ciudad y del campo e impulsó la conectividad en telecomunicaciones como nunca antes para estar a la altura del resto del mundo. Es importante que destaque esto último porque se trata de un insumo a veces muy poco valorado porque no podemos ver ni tocar por ser parte del espectro radioeléctrico, pero que demandó inversiones por US$ 200 millones y cuya disponibilidad es tan valiosa hoy casi como la electricidad y el agua. Me refiero al internet de cuarta generación o 4G, hecho posible a través de la activa participación privada en igualdad de oportunidad a través de la CONATEL y del que todos disponemos en nuestros aparatos telefónicos. La apuesta a la conectividad tiene un plus y valor agregado, la telemedicina, que hoy salva miles de vidas y permite un gran ahorro a todo el sistema de salud. De hecho, Peña promete reforzar todos estos proyectos y continuar el camino hecho sin necesidad de recomenzar nada de cero.

En el caso de Mario Abdo, para mi gusto, cometió graves errores desde el vamos. Se negó a seguir debatiendo con Peña a pesar de que ya lo había hecho dos veces, dando así un mensaje de estar temeroso y dubitativo. Demoró en recomponerse. No demostró solidez nunca sobre los programas de su gobierno. Perdió mucho tiempo en atacar a sus adversarios descuidando lo que la gente quiere escuchar: propuestas concretas a sus problemas. Para colmo, indignó con sus "enseñanzas" de cómo robar en el Día "D". Creo que lo traiciona el instinto de pertenecer a una familia con un pasado oscuro, ya ampliamente difundido y conocido, que ya nadie quiere recordar ni mucho menos vivir.

Son dos modelos a elegir. El electorado colorado tendrá la última palabra mañana.

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