Juan Manuel Pazos, Analista Sr. de Research y Estrategia, Puente.

El reciente conflicto político entorno a la enmienda constitucional tendrá costos institucionales, sociales y económicos que recién estamos comenzando a vislumbrar. Más allá de los argumentos de quienes apoyan la medida y de los fundamentos de quienes cuestionan su legalidad, los inversores deberán encontrar la manera de trazar una ruta que les permita atravesar exitosamente el actual escenario de mayor incertidumbre.

En el corto plazo, creemos que el aumento de la incertidumbre política ha abierto una oportunidad atractiva para que los inversores tomen una posición en los bonos internacionales de Paraguay. Mientras que la prima de riesgo de la región se mantuvo estable, el riesgo país de Paraguay se incrementó en 16 puntos básicos desde que se desató el conflicto político a fin de marzo. En este contexto, los bonos internacionales del Paraguay pueden ofrecer atractivas ganancias de capital en los próximos meses dado que, en este momento, su prima de riesgo está en línea con la de un país BB promedio cuando los fundamentos de la economía paraguaya sugieren que esta prima debiera ser menor a la de los pares de Paraguay.

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El aumento de la incertidumbre, por otra parte, es menos favorable para las posiciones en guaraníes. A diferencia de lo que ocurre en el resto de la región, donde la combinación de políticas monetarias menos contractivas, baja en la expectativa de inflación y caída en la expectativa de depreciación han creado un marco muy favorable para los instrumentos en moneda local, creemos que el contexto doméstico en Paraguay favorece posiciones en dólares. En nuestra opinión, el aumento de la incertidumbre contribuirá a una dolarización de las carteras lo que tenderá a debilitar al guaraní, en especial durante el segundo semestre del año.

Mirando con un horizonte algo más largo, la mayor consecuencia del conflicto institucional es que alejó la probabilidad de alcanzar el grado de inversión. Si bien la última colocación de bonos internacionales es un reflejo que el apetito por instrumentos paraguayos continúa siendo elevado, alcanzar el grado de inversión era crucial para llevar adelante el ambicioso plan de inversiones necesario para cerrar el déficit de infraestructura que limita la capacidad de crecer a tasas aún más elevadas. Antes que se desatara el conflicto, existía el consenso en el mercado que Paraguay estaba encaminado a alcanzar el grado de inversión más temprano que tarde. Como resultado del sesgo prudente de la política macroeconómica de las autoridades, Paraguay tiene fundamentos macroeconómicos más cercanos a los de los países con calificación A que a los de sus pares BB. Crecimiento sostenido a tasas elevadas, baja inflación, un banco central independiente, el menor déficit fiscal de la región, bajo apalancamiento y un adecuado nivel de reservas son las cartas de presentación de la economía paraguaya frente a los inversores internacionales.

Desafortunadamente, una macroeconomía ordenada es condición necesaria pero no suficiente para alcanzar el grado de inversor. El otro requisito para formar parte de este club de países es la previsibilidad que otorga un marco institucional sólido. Al alejar la perspectiva de lograr el grado de inversión, la incertidumbre política tenderá a elevar el costo de financiamiento externo del sector privado, acotando la inversión que la economía paraguaya necesita para desatar todo su potencial.

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